Los árboles secos rodean la taza de cartón;
La mujer del lado, sueña un pensamiento amargo...
y yo, castigo mi memoria con nostalgica vivencia.
Recuerdos negros alumbran mis días de niñez,
y en el cañón amenazante discurre un polvo ligero
de inocencia e insensatez.
Los melodiosos acordes endulzan mi café
y el verde olivo recrea mi retina.
La formas curvas de aquella fémina contrasta a la inquietud
de una mente atormentada.
lunes, 26 de abril de 2010
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